Ayer participé en Guadalajara en un modesto pero emotivo acto de homenaje al poeta Miguel Hernández para celebrar los 100 años que han pasado desde su nacimiento en Orihuela. Invitado deferentemente por Juan Garrido, Presidente del Club Siglo Futuro, http://www.fundacionsiglofuturo.org/ leí con una veintena de personas de Guadalajara poemas del “poeta del pueblo”. Por la mañana habían leído y recitado en el mismo escenario del Centro San José sesenta alumnos y alumnas de un colegio y cerró el día de homenajes el espectáculo de la actriz y poeta Maripaz Pondal titulado “Compañero del alma…compañero”. Maripaz Pondal recorrió la vida del poeta proyectada sobre el fondo histórico de su época convulsa y dura y apoyándose en sus poemas, siempre frescos y vigentes. Como corresponde al ciclo “Guadalajara Emociona. Cultura en Otoño”, patrocinado por la Diputación, nos hemos vuelto a emocionar con sus poemas intemporales, entre otros los muy conocidos de “Andaluces de Jaén”, “Elegía a Ramón Sijé” (Yo quiero ser llorando el hortelano / de la tierra que ocupas y estercolas/ compañero del alma tan temprano.), “Nanas de la cebolla” (La cebolla es escarcha / cerrada y pobre/Escarcha de tus días / y de mis noches/ Hambre y cebolla,/ hielo negro y escarcha/grande y redonda.) y otros muchos.
Fue, como decía, un sencillo acto de homenaje al poeta del pueblo que murió de hambre y enfermedades preso y abandonado en la cárcel de Alicante. Y junto a la emoción sentí pena y rabia porque hoy, día 14 de Octubre, los ciudadanos de Guadalajara podríamos haber disfrutado aún más emocionados con el espectáculo de Manuel Serrat “Hijo de la luz y de la sombra” dedicado a Miguel Hernández si la censura incomprensible de un alcalde poco demócrata no hubiera vetado su presencia en el auditorio “Antonio Buero Vallejo”, que no es suyo, sino de la sociedad y pueblo de Guadalajara. La excusa hipócrita ha sido una contraprogramación reciente para evitar la presencia de Serrat que Diputación gestionaba desde Agosto. Aunque te cueste creerlo, compañero del alma, compañero Miguel, tus poemas, absolutamente vivos, son censurados y evitados setenta años después. Pero ni callaron tu boca entonces ni la callarán hoy, aunque nos reunamos en un modesto homenaje. Seguimos gritando contigo “Vientos del pueblo me llevan,/ vientos del pueblo me arrastran, / me esparcen el corazón/ y me aventan la garganta”.
Que el alcalde de Guadalajara haya vetado una actuación de Serrat sin duda demuestra que es el alcalde de unos cuantos, no de todos.
ResponderEliminarPero sin embargo no es esta la actuación que más me preocupa de Antonio Román: ¿cómo se puede multar a los autobuses que traen al hospital provincial enfermos y visitas desde algunos pueblos cercanos a la capital?, ¿por qué se quiere obligar a estas personas a invertir 30 minutos adicionales de su tiempo en el desplazamiento?. Nos hemos convertido en una ciudad insolidaria con personas de pocos recursos. Y el señor Román es médico, para más inri.
Yo también me hago las mismas preguntas que el comentario del 20 de octubre. Es más, he llegado a pensar si los policías municipales de Guadalajara que reciben la orden de multar a los autobuses del plan ASTRA podrían declararse "objetores de conciencia" ante algo tan injusto.
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